¿Acaso fue un espejismo lo que hizo durante el primer tramo de la pasada temporada? Tyrese Haliburton es un jugador completamente distinto al que asombró a toda la NBA. Desde que surgieron las lesiones a mitad del pasado curso, no se ha vuelto a ver la magia del motor de Indiana Pacers, pero la versión que está ofreciendo en lo que va de campaña es muy preocupante.
Simplemente irreconocible. Así se puede definir la versión que se está viendo de Tyrese Haliburton en lo que va de temporada. Todos los aficionados de Indiana Pacers confiaban en que se volviera a ver el nivel de juego del que hizo gala en la primera mitad del curso pasado, pero nada más lejos de la realidad. Sigue jugando mermado por las molestias, con una confianza muy baja y pasando desapercibido. No es asumible tener un jugador de su entidad y salario haciendo números tan pobres y, sobre todo, transmitiendo sensaciones de flaqueza.
Todo el juego de Indiana Pacers se resquebraja al ver cómo su líder busca ocultarse en la cancha. Atrás quedó ese juego veloz con el que desarticulaban a cualquiera y esa frescura corriendo la cancha al son de los pases de Tyrese Haliburton. Ahora el base es una rémora para su equipo, perdiendo balones, seleccionando mal los lanzamientos y los pases, vagando sin rumbo por la cancha. Si no cambia radicalmente su actitud, juega sano y recupera confianza, la franquicia de Indianápolis puede verse sentenciada a no acercarse a su resultado del pasado curso.