Las Finales de 2025 consagraron a Jalen Williams. Su irrupción fue tan dominante como sorprendente, y el hecho de que disputara toda la postemporada con una lesión en la muñeca revelada después añadió una épica especial a su gesta. La narrativa del sacrificio lo elevó aún más a los ojos de los aficionados, pero lo realmente importante es lo que está por venir: un salto estadístico y competitivo que podría redefinir su lugar en la NBA.
El verano trajo consigo una operación en la muñeca que lo dejó fuera de actividad por semanas, pero también la expectativa de una versión más sólida de J-Dub. Apenas entra en su cuarta temporada como profesional y, con 24 años, está en ese punto donde las jóvenes estrellas suelen explotar definitivamente. Además, lo hace blindado por una extensión de cinco años y 287 millones de dólares, que lo coloca como segunda espada indiscutible de Shai Gilgeous-Alexander.
La campaña pasada ya fue un aviso: 21.6 puntos de media, su primera vez superando la barrera de los 20. Aunque disputó solo 69 partidos, alcanzó máximos de carrera en anotación, rebotes, asistencias, robos y tapones. Su evolución guarda paralelismos con la de SGA, que en su cuarto año rozaba los 25 puntos de promedio antes de instalarse en los 30 durante tres temporadas consecutivas.
De la gesta en las Finales al reto de la regularidad
Lo que hizo en la serie por el título no pasó inadvertido. Promedió 23.6 puntos, 5 rebotes y 3.7 asistencias con un 43.3% en tiros de campo, todo ello con un ligamento de la muñeca desgarrado desde antes de iniciar los playoffs. Hubo noches grises, especialmente en semifinales ante Denver, pero su icónico Game 5 de las Finales, con 40 puntos, mostró hasta dónde puede llegar cuando está inspirado.
Sam Presti, mánager general de OKC, confirmó la lesión tiempo después, y de inmediato cambió la lectura de esas actuaciones: Williams no solo jugó con dolor, sino que eligió arriesgarse para no dejar escapar la oportunidad de un anillo. Esa apuesta lo convirtió en campeón y reforzó su imagen de competidor implacable.

Con un núcleo joven que incluye a Chet Holmgren y con Gilgeous-Alexander consolidado como estrella absoluta, los Thunder han demostrado una y otra vez su capacidad para pulir talento emergente. Williams es el siguiente en la lista. La salida de su férula durante el verano y una rehabilitación completa auguran una temporada 2025/26 con su mejor versión física y mental.
Todo apunta a que será uno de los grandes protagonistas en el intento de los Thunder por revalidar el campeonato. La combinación de confianza, experiencia adquirida en las Finales y plenitud física marcan el terreno perfecto para un nuevo salto. J-Dub no solo promete más números, promete liderazgo y presencia en el momento donde los equipos campeones se distinguen de los que solo sueñan con serlo.